"Es muy emocionante volver y tener gente que quiere ver lo que he hecho", subrayó hoy en un encuentro con periodistas el reconocido cineasta de 65 años. El ciclo es parte del programa de promoción del país que lleva a cabo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, y según Cabrera llega en un buen momento del cine latinoamericano, que puede y debe llegar al exterior.

"Creo que a largo plazo al cine latinoamericano le va a pasar lo que le pasó a la literatura, que gradualmente va a ir conquistando", señaló el director de Medellín. Su última obra, "Todos se van", está ambientada en la Cuba de los 80 y cuenta los problemas de una niña que sufre la lucha de sus padres por obtener su custodia.

Ya se proyectó el pasado lunes en Shanghái, donde el director quedó emocionado con la respuesta del público. "Al final estaban todos llorando... el publico chino es muy bueno, muy sensible, se mete mucho en las películas", señaló Cabrera, quien admitió que la cinta critica el mundo socialista, con el que ha simpatizado durante toda su vida, hasta el punto de haber sido Guardia Rojo en la Revolución Cultural. "Sigo siendo de pensamiento socialista, pero uno de los grandes defectos de la izquierda ha sido cerrar los ojos en el momento que hay que abrirlos", subrayó el artista, que admitió que en esa Revolución Cultural "las libertades individuales fueron reducidas a unos limites verdaderamente vergonzosos".

"Pero este país ha logrado superarlo, y seguramente tiene sus defectos pero en China la gente ha recuperado mucho su autoestima", matizó Cabrera, para el que "Todos se van", basada en una novela autobiográfica sobre la niñez de la escritora cubana Wendy Guerra, le recordó mucho a su infancia en el Pekín del maoísmo. "Con 12 años vine a vivir aquí, y mi padre, que era muy estricto, consideró que el Hotel de la Amistad (lugar donde vivían entonces los extranjeros que trabajaban para el Gobierno chino) era un foco de influencia pequeñoburguesa y nos envío internos a mi hermana y a mí a un internado chino", rememoró. Eran los primeros años 60, cuando el país acababa de salir de las grandes hambrunas del Gran Salto Adelante: "Una época especialmente dura, acababan de pasar muchos problemas y había escasez de todo", destacó el director.

China fue también el lugar donde nació su vocación de cineasta, primero de niño y después en su segunda estancia en el país, a mediados de los 70, cuando comenzó a estudiar filosofía pero empezó a dedicarse al séptimo arte en sus ratos libres. "Mi padre (actor español que huyó al exilio con la llegada del franquismo) era director de doblaje del Instituto de Cine de Pekín, doblaba películas al español (...) y en los momentos muertos los técnicos me mimaban, me querían, me llevaban a las cámaras y dije 'esto es lo mío'", evocó Cabrera.

El director ha estado de hecho a punto de dirigir en China en al menos dos ocasiones: "He encontrado siempre bastantes facilidades para rodar, pero no guiones que de verdad me gusten", admitió. Ahora tiene varias propuestas de volver a intentar hacer cine en China, contó el propio Cabrera, entre ellas la de hacer una versión asiática de una de sus cintas más famosas, "La estrategia del caracol", que según él mismo cuenta está inspirada en una leyenda china que mencionó Mao en alguno de sus más célebres escritos. "Me gustaría mucho rodar en China, porque en Colombia tengo una visión de las cosas particular por el hecho de haber vivido aquí muchos años, y al revés me puede pasar algo parecido", subrayó Cabrera.

"Todos se van" inaugurará en el Instituto Cervantes de Pekín un ciclo sobre el propio Cabrera, en el que también se mostrarán películas como la citado "La estrategia del caracol", "Águilas no cazan moscas" o "Ilona llega con la lluvia", entre otras. EFE